Como parte de las ciencias de la comunicación social, la publicidad y las relaciones públicas se complementan para llevar un mensaje claro, directo y satisfactorio a un público meta.

En el proceso comunicativo, la publicidad destaca la parte creativa de cómo hacer que un mensaje llegue sin ruido a una amplia gama de receptores, mientras que las relaciones públicas dirigen su accionar hacia públicos determinados, ya sea de manera individual, empresarial o comunitario.

De esta manera, las relaciones públicas elaboran planes tendientes a desarrollar programas con características específicas, enfocadas en facilitar la comunicación, ya sea a lo interno o externo de una organización, en tanto que la publicidad es una constante promovedora de servicios, marcas o productos.

Pero ambas tienen como meta dar su aporte positivo tendiente a mejorar la comunicación.

La publicidad, de acuerdo con los estudiosos de la comunicación social, consiste en proporcionar información al público en general a través de los medios de comunicación que pueda alterar la opinión pública sobre una empresa, marca, individuo o producto.

Por su parte, señalan que las relaciones públicas se refieren a la combinación de estrategias empleadas por una empresa para gestionar la opinión pública y controlar la reputación de una entidad.

Apuntan a que esta se emplea para informar al público sobre una empresa a través de noticias, comunicados de prensa y otras formas de comunicación.

Estas estrategias, no dudan en afirmar, se esfuerzan por crear mensajes que conecten con el público generando un entendimiento compartido.

De esta manera, el complemento entre publicidad y relaciones públicas es la combinación perfecta para generar confianza, empatía, aportar y resolver los inconvenientes que se presenten durante el proceso comunicativo entre emisor y receptor.